lunes, 27 de enero de 2014

CÓMO COMBATIR EL BRUXISMO. MI EXPERIENCIA

El bruxismo es una enfermedad muy extendida en la sociedad moderna.
Esta enfermedad se manifiesta en diferentes intensidades, pero siempre se caracteriza por ser un acto involuntario e inconsciente que genera una gran tensión, principalmente, en los músculos de la mandíbula.
Esta tensión puede traer diferentes consecuencias: dolor de cabeza, dolor e hipersensibilidad de muelas y dientes, incorrecto funcionamiento y apertura incompleta de la mandíbula, gran tensión y opresión en los músculos de la garganta y cuello y otros.
El bruxismo se manifiesta en su expresión máxima generalmente por la noche, durante el sueño, aunque también puede presentarse en diferentes momentos del día, por lo general ante situaciones de stress y tensión emocional.
En mi caso particular, según los registros de mi memoria, el bruxismo se ha presentado desde mi juventud temprana, manifestándose durante el día como el mal hábito de “comerme” las uñas y masticar chicle, lo cual generaba una tensión e incomodidad constante en mis maxilares que ya era “normal” para mí.
Una vez, durante mi visita común y corriente al odontólogo, él me informó que mis dientes estaban sufriendo un desgaste acelerado (algunas de mis últimas muelas incluso ya habían perdido sus “puntas” y se habían partido). Se trataba de una enfermedad “crónica” que, según él, no tenía cura. Lo único que se podía hacer era usar una férula dental de descarga. Fue allí cuando comencé a interiorizarme en este tema y a tomar conciencia de que dichas tensiones no eran normales como yo pensaba.
Con todo, me costó creer que no pudiera controlar mis músculos a voluntad y entonces me propuse deshacerme de esta enfermedad por mis propios medios, sin utilizar la férula. Primero erradiqué el hábito de masticar chicle y “comerme” las uñas, lo cual representó un gran alivio para toda la zona de mis maxilares. Luego comencé a practicar hatha yoga para aprender a relajar mi cuerpo y mente.
Creí que con eso sería suficiente y que así se irían automáticamente mis tensiones. Estaba equivocada...
Transcurrieron algunos años con esta práctica pero las tensiones no se iban. Así que tuve que volver al odontólogo y comentarle sobre mis problemas. Él volvió a explicarme la gravedad de esta enfermedad y ahí comprendí que era realmente difícil dominarla. Por eso, finalmente, decidí comenzar a utilizar la férula.
Dicha férula es una placa de silicona que los odontólogos hacen a medida de cada paciente y que no es muy cara (además, dura unos cuantos meses hasta que se rompe por la misma presión de los dientes). Esta placa puede usarse por las noches y ayuda a controlar el gran desgaste de los dientes que se produce al bruxar. En mi caso, desde que empecé a usar esta placa blanda y resistente que suaviza la presión, el desgaste se ha vuelto normal.
Aparte de usar esta placa, es bueno realizar algunos masajes (suaves) en los músculos de la mandíbula y de la cara en general antes de dormir y también de vez en cuando durante el día. También se pueden masajear las encías, las sienes y el cuello.
Estos videos con ejercicios del método Feldenkrais me han resultado de gran ayuda:


También aprendí que al tomar la posición para dormir, uno puede observar su mandíbula y relajarla, así como toda la cara y el cuerpo entero. De esta manera podemos entrar en un sueño más profundo y sin tensiones. Para una mejor relajación, también se puede usar algunos asanas (posturas) de relajación, por ejemplo, shavasana (ver http://ecopsicologia-es.swami-center.org/asanas-de-relajacion.shtml).
Aparte de esto, es importante tratar de aquietar la mente, lo que también se puede hacer con la ayuda de dichos asanas y diferentes ejercicios espirituales (http://ecopsicologia-es.swami-center.org/metodos-fundamentales.shtml).
Según mi odontólogo, el bruxismo consiste en una "liberación de energía y tensiones", por eso creo que es importante realizar de vez en cuando o sistemáticamente alguna actividad física para liberarlas, por lo menos, a mí esto me ha ayudado mucho.
Otro método fundamental que descubrí para tratar esta y cualquier otra enfermedad fue el trabajo con mis defectos éticos. (Pueden encontrar más detalles en http://ecopsicologia-es.swami-center.org/autocorreccion-etica.shtml). Pues estos defectos son los que provocan a menudo los estados emocionales negativos, tales como celos, enojo, la sensación de ser ofendido, etc. He notando que cada vez que entro en alguno de estos estados, los músculos de mi garganta se tensionan y se “cierran” (según percibí, son los mismos músculos que se tensan al presionar las mandíbulas una contra otra). Es por eso, entre otras razones, que es esencial ir eliminando los defectos éticos (o imperfecciones) y los estados emocionales resultantes de éstos, cultivando a la vez las cualidades y los estados positivos, tales como amor, compasión, alegría, tranquilidad, etc., las cuales nos permiten vivir mucho mejor.
Además, se puede realizar un “lavado” energético de la zona afectada (de la mandíbula entera y la parte alta del cuello). Yo lo hago usando una serie de ejercicios psicofísicos y pranayamas elaborados por la Escuela científico-espiritual del Dr. Vladimir Antonov. http://ecopsicologia-es.swami-center.org/ejercicios-psicofisicos.shtml.
Suelo practicar estos ejercicios todas las mañanas al levantarme (así se logra un mejor efecto), y esto me ayudó realmente a “disolver” las tensiones y energías negativas no sólo en las mandíbulas y en la zona del cuello, sino en todo el organismo.
En conclusión, quiero destacar que en el caso del bruxismo, así como en el caso de cualquier enfermedad, es necesario no sólo tratar de suavizar los síntomas, sino también de encontrar las causas profundas de la enfermedad, revisando y analizando, entre otras cosas, nuestro estilo de vida para cambiarlo luego. 

¡Ojalá que toda esta información les sea de ayuda!